Llevo años escuchando hablar de la ciudad de Barcelona, de su magia, del aire bohemio que recorre sus calles.
Hace unos meses cumplí el pequeño sueño de conocer la ciudad; fueron unos días muy intensos en los cuales quería ver todo y conocer todo, sabía a la perfección que quería ver y no quería perderme nada, y por suerte creo que lo conseguí.
No solo vi lo que quería conocer, ni solo comprobé y reafirmé aquello de lo que tantos años llevo escuchando, sino que me enamoré perdidamente de la ciudad, sus calles, sus colores, la arquitectura, los paisajes, hasta el aire se respiraba de forma diferente.
Sí, efectivamente, las escaleras del metro de Barcelona fue de lo que más me llamó la atención de la ciudad, un detalle tan pequeño, pero que marcó tanto. Supongo que la mayoría de gente que pasa por allí cada día ni lo tiene en cuenta, pero a mi me hacía sentir en mi casa, en Sevilla, me recordaba a las iniciativas que suele haber allí, y me encantó.
Investigué sobre estas escaleras y por lo visto es Una de las actividades más emblemáticas del SWAB, una iniciativa que desde 2011 dan la oportunidad a estudiantes de 8 escuelas de diseño de Barcelona de crear unos vinilos que estarán presenten en las escaleras de acceso a las estaciones de metro más céntricas de Barcelona.
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